Leo en El rey Juan de Shakespeare:
No hay fundamento sólido construido sobre la sangre, ni vida asegurada construida sobre la muerte de otros.Y en Antígona de Sófocles:
Es que a los humanos no hay planta alguna que les brote tan pujante como la plata, falaz moneda: ésta arrasa incluso ciudades, ésta hace saltar de su casa a los hombres, ésta enseña y enajena las mentes honradas de los mortales para que se subleven y vengan a caer en una conducta deshonrosa, y les enseñó a los hombres a que estén dispuestos a hacer cualquier cosa sin escrúpulo alguno, y a que adquieran experiencia de todo tipo de inquietudes.Y allí mismo, más adelante:
Por eso, no hagas uso en tu fuero interno de una sola manera de ver las cosas, pensando concretamente que lo acertado es lo que tú afirmas y ninguna otra cosa más, pues todo aquél que tiene para sí que sólo él es quien tiene razón o que sólo él tiene una lengua o un alma que no tiene nadie más, los que así piensan, si se les quita el caparazón aparecen vacíos. Al contrario, no constituye desdoro alguno para un varón por sabio que sea, aprender infinidad de cosas y procurar no pasarse de intransigente.Y pienso en lo poco que hemos mejorado con el tiempo y en cómo las palabras de los clásicos nos pueden resultar más cercanas, a veces, que las de algunos de nuestros contemporáneos.
Por eso son clásicos: porque el tiempo no puede invalidar sus razonamientos, basados, sobre todo, en un profundo conocimiento del ser.
ResponderEliminaryo pienso en lo que poco que dejaremos como legado.
ResponderEliminarbss
bonita forma de rescatar vida en este blog..
ResponderEliminarun saludo :)
Antonio, es verdad lo que dices de los clásicos. Parece que están olvidados, pero cuando volvemos a ellos nos sorprenden. A mí me ha pasado mucho últimamente. Es una lástima que dediquemos más tiempo a las novedades que a ciertos libros antiguos. Por cierto, leyendo tu comentario me he acordado de las contraportadas antiguas de Bruguera. ¿Te acuerdas? ¡Qué bien estaba esa colección! Un saludo.
ResponderEliminarVeronika, yo también pienso como tú, que vamos a dejar mala cosecha a nuestros hijos. Pero, otras veces, cuando soy un poco más optimista, me consuelo pensando que es un argumento que se repite de generación en generación. Siempre creemos que nos ha tocado el peor de los mundos posibles y, mira, hemos llegado hasta aquí, con lo bueno y con lo malo. Un saludo.
ResponderEliminarKristel, gracias por tu visita y por tus palabras. Los clásicos nos muestran vidas que no son tan distintas a las nuestras. Un saludo.
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