viernes, 24 de octubre de 2014

Una extraña y triste belleza


De súbito surgió, lo mismo que si saliera de la silla, una forma, la forma de una mujer. Era nítida como una forma de vida y espantosa como una forma de muerte. Su rostro tenía juventud y una extraña y triste belleza; la garganta y los hombros iban desnudos, el resto de la forma llevaba un holgado vestido de color blanco empañado.

Edward Bulwer-Lytton | La casa y el cerebro, 1859

2 comentarios:

  1. Maravillosos rescates de fogonazos de belleza, a los cuales, de otra manera no llegaríamos... Un abrazo.

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  2. Ahora que se acerca el día de las ánimas, a ver si nos visitan sólo las buenas.
    Salu2 animosos.

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