Tardes de septiembre. Sentimientos de verano en sol de otoño. Pronto recogeremos la vida bajo sábanas. Lecturas de interior. Tacto de mesa camilla. Inexorable matemática planetaria. Se imponen los dorados y el té caliente. Noches prematuras. Tiempo de paraguas y gabardinas. Demasiados chaparrones de los que protegerse.
Y la luz dorada de Jaén en octubre. Y las tardes de noviembre.
ResponderEliminarSaludos.
Todos los chaparrones del mundo...Un abrazo.
ResponderEliminarBendito y muy deseado otoño!!! Adiós al angustioso y odiado verano.
ResponderEliminarRetablo, tiene usted razón. Las tardes otoñales de Jaén son realmente hermosas. Incluso las del invierno, que casi nunca es riguroso por aquí. Una ventana, un buen libro y un atardecer de noviembre. ¿Qué más se puede pedir? Un abrazo.
ResponderEliminarDarío, ya buscaremos un refugio cálido donde protegernos de tanto chaparrón. Otro abrazo para ti.
ResponderEliminarAunque yo soy más de verano, tampoco le hago ascos al otoño. Bienvenido sea, que lo disfrutaremos igualmente. Un beso.
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