Cuando estoy ante la naturaleza pienso que es una forma de tu cuerpo extendido. Me fuiste enseñando despacio los caminos. Las comisuras de los labios que son uno de los más hondos lugares de tu identificación o reconocimiento. El cuello y su blancura. El secreto rumor de tu saliva. La cerviz que se comunica con tu sexo en un solo latido. La palma de tu mano. Tus pies. El vientre. El descenso hasta el vértice de ti, como animal de fondo. Vienes por los espejos de la noche. Si estoy ante la noche, pienso que es una forma de tu cuerpo. Vienes como de un oscurísimo saber que nadie te hubiera transmitido.
José Ángel Valente | Palais de Justice, 2014
martes, 13 de junio de 2017
Tu cuerpo extendido
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Ecos
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