Pues sepa Vuestra Merced ante todas cosas que a mí llaman Lázaro de Tormes, hijo de Tomé González y de Antona Pérez, naturales de Tejares, aldea de Salamanca. Mi nacimiento fue dentro del río Tormes, por la cual causa tomé el sobrenombre, y fue desta manera. Mi padre, que Dios perdone, tenía cargo de proveer una molienda de una aceña que está ribera de aquel río, en la cual fue molinero más de quince años; y estando mi madre una noche en la aceña preñada de mí, tomóle el parto y parióme allí. De manera que con verdad me puedo decir nacido en el río.
Uno de los comienzos más famosos de la literatura. Nuestro héroe, como antes Amadís de Gaula, ha nacido en el río, pero sus padres no tiene noble linaje. Su madre no se llama Elisenda, sino Antona Pérez, y nadie lo ha lanzado al agua dentro de un arca con un pergamino que dice: "Éste es Amadís sin Tiempo, hijo del Rey". A Lázaro lo van a encomendar a un ciego, que le enseñará muy rápido en qué consiste la vida. A su padre, que no es rey, lo encarcelan cuando él tiene ocho años, acusado de "ciertas sangrías malhechas en los costales de los que allí a moler venían". Aún le queda mucho que pasar, muchas fortunas y adversidades, antes de llegar a buen puerto. Comienza la literatura del pobre.
Esta preciosa fotografía, que encontré en la web La druida de la Historia, fue tomada casi cuatro siglos más tarde. Nos presenta una escena cotidiana de hacia 1940: una mujer hace la colada en el río Tormes, con la Catedral de Salamanca y el Puente Romano de fondo, muy cerca de donde nació nuestro pícaro. Azorín diría que se trata de la propia Antona Pérez y que ese día ya estaba preñada de Lázaro. Yo no me atrevo a tanto, pero la verdad es que la fotografía tiene algo de eterno retorno. No en vano estamos ante las aguas del mismo río.
Foto | La druida de la Historia
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