martes, 2 de agosto de 2016

Ayer vi un fantasma


Madrugada. Tras regresar de un largo viaje, lees relajado en el sillón. La lectura te atrapa al instante. Todos abandonan Moscú ante la inminente llegada de las tropas francesas. Reanudar el libro te hace sentirte en casa. Entonces, una sombra se desliza por el espejo apagado de la televisión y cruza, indiferente y oscura, el cuarto, como diciendo: «Ya estás de vuelta, debo irme de aquí». Ni siquiera se gira para mirarte. Ignora que es tu primer fantasma. Te sientes como si hubieras usurpado un lugar que no te corresponde.

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