¡Cuántos recuerdos habremos dejado en esas ventanas heladas de nuestra infancia! La mejor tiza en una tarde de enero es el dedo de un niño sobre el cristal. Un poco de vaho y se abren los caminos de la imaginación. Saludos, Dyhego.
Bienvenida, Amapola Azzul. Gracias por tus amables palabras. Espero que hayas encontrado aquí algo que te anime a volver de vez en cuando. Un beso también para ti.
Y congela nuestros recuerdos infantiles.
ResponderEliminarQué bello es tu blog. Besos .
ResponderEliminarVoy seguirte .
Bueno, soy amapola azzul, con un color arao ahora.
ResponderEliminar¡Cuántos recuerdos habremos dejado en esas ventanas heladas de nuestra infancia! La mejor tiza en una tarde de enero es el dedo de un niño sobre el cristal. Un poco de vaho y se abren los caminos de la imaginación. Saludos, Dyhego.
ResponderEliminarBienvenida, Amapola Azzul. Gracias por tus amables palabras. Espero que hayas encontrado aquí algo que te anime a volver de vez en cuando. Un beso también para ti.
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