jueves, 26 de abril de 2012

Vidas gatunas


Les gustan la aventura y los caminos. Una última mirada a la casa, pues quizá la vida los distraiga y no puedan regresar. Tejados, senderos, armarios, jardines. Les fascinan los secretos. Descubrir qué hay bajo una falda, al calor de hermosos tobillos.


Algunas tardes lluviosas sufren ataques de melancolía y se preguntan quiénes son. Los espejos, terribles enemigos, los llaman. Se hacen preguntas sin respuesta. Saben que están solos.



Y entonces recuerdan otros tiempos, otras casas. La memoria siempre fue buen refugio contra la melancolía. Desperezan sus recuerdos en el mejor sillón y dejan que todo fluya. El sonido de la cafetera. Unos pasos en otra habitación. El mundo está bien hecho incluso en la tristeza. 



Inspiran vidas. Manos de niños, manos de escritores. Mundos inventados desde la agudeza de su pupila y  la ternura de su lomo. Ítacas soñadas a las que siempre se busca regresar. 



Desean imposibles. La Luna nunca estará demasiado lejos. Tampoco la jaula del canario. El deseo es un juego. Si quieres participar, sigue las reglas, pero atento a la primera, que es la que no debes olvidar: no hay reglas que seguir. Oye el silencio. Inventa el instante. Déjate llevar por el vaivén de los visillos, por el fulgor del sol en el agua, por la electricidad que acumulen tus instintos.       



Son grandes lectores. Sabemos que al menos una de sus vidas la dedican íntegra a leer. Pasar páginas, subir a los más alto del estante buscando algo de Verne o de Poe o algún buen poema de amor. Rodeados de libros, vidas apiladas, vidas ajenas soñadas como propias. Magia de lo verosímil y de lo imposible. Descubrimiento y olvido del mundo. 



Viven en pequeños placeres. Acarician y desean caricias. Les gusta hacerse querer. Su lomo encrespado busca la piel. Un cuello, un muslo, unos labios. Cada movimiento es una manera antigua de elegancia. Gestos perdidos de un mundo anterior al recuerdo. Refugios contra el tiempo.




Sueñan con algún amor lejano, imaginado, nunca imposible.


Y siempre quieren salir bien en la foto.


Vidas de gato. Muy parecidas a las nuestras, ¿no?

sábado, 14 de abril de 2012

Lo que uno altera mediante el recuerdo


Sueños suntuosos de los que aborrecía despertar. Cosas que el mundo ya no conocía. El frío lo impulsó a atizar el fuego. El recuerdo de ella cruzando el jardín a primera hora de la mañana en su fina bata rosa que se pegaba a sus pechos. Pensó que cada recuerdo evocado debe violentar en alguna medida sus orígenes. Como en un juego. El juego del teléfono. Más vale ser parco. Lo que uno altera mediante el recuerdo tiene sin embargo una realidad, sea o no conocida.

Cormac McCarthy | La carretera, 2006

miércoles, 11 de abril de 2012

Tiempo prestado


Escarbaron en las ruinas calcinadas de casas en las que antes no habrían entrado. Un cadáver flotando en el agua negra de un sótano entre desperdicios y cañerías herrumbrosas. Entró en una sala de estar parcialmente incendiada y a cielo abierto. Las tablas alabeadas por el agua inclinándose hacia el exterior. Tomos empapados en una librería. Cogió uno y lo abrió y luego lo volvió a dejar donde estaba. Todo húmedo. Pudriéndose. En un cajón encontró una vela. No había cómo encenderla. Se la metió en el bolsillo. Salió a la luz gris y se quedó allí de pie y fugazmente vio la verdad absoluta del mundo. El frío y despiadado girar de la tierra intestada. Oscuridad implacable. Los perros ciegos del sol en su carrera. El aplastante vacío negro del universo. Y en alguna parte dos animales perseguidos temblando como zorros escondidos en su madriguera. Tiempo prestado y mundo prestado y ojos prestados con que llorarlo.

Cormac McCarthy | La carretera, 2006

lunes, 9 de abril de 2012

Tibio recuerdo de su risa


Baño de doméstica

Entonces arrojaba
piedrecillas al agua jabonosa,
veía disolverse
la violada rúbrica de espuma,
bogar las islas y juntarse, envueltas
en un olor cordial o como un tibio
recuerdo de su risa.

¿Cuántas veces pudo ocurrir
lo que parece ahora tan extraño?
Debió de ser en tardes señaladas,
a la hora del sol,
cuando sestea la disciplina.

En seguida volvía
crujiendo en su uniforme almidonado
y miraba muy seria al habitante
que aún le sonreía
del otro lado de la tela metálica.

Vaciaba el barreño
sobre la grava del jardín.
                                       Burbujas
en la velluda piel de los geranios…

Su espléndido desnudo,
al que las ramas rendían homenaje,
admitiré que sea
nada más que un recuerdo esteticista.
Pero me gustaría ser más joven
para poder imaginar
(pensando en la inminencia de otra cosa)
que era el vigor del pueblo soberano.

Carlos Barral | Diecinueve figuras de mi historia civil, 1961

La escritura desatada



Un recorrido visual por los libros y su historia.

La escritura desatada de estos libros da lugar a que el autor pueda mostrarse épico, lírico, trágico, cómico, con todas aquellas partes que encierran en sí las dulcísimas y agradables ciencias de la poesía y de la oratoria.

Don Quijote, I - 47


La escritura desatada. Para lectores desatados.

lunes, 2 de abril de 2012

Cabe la fuente a gran sabor

John William Godward - Dolce Far Niente, 1904

Y por ventura aquella ora avia salido la infanta Floreta a la huerta con sus donzellas y avíase echado a dormir cabe una fuente toda cubierta de rosas y otros hermosos árboles, y todas sus donzellas con ella, y aunque la siesta era grande, no les fazía embargo. Y el infante Turián, desque allá llegó, por no ser visto de los de la villa, arrimóse al muro que estava entre la mar y la huerta y puso aí su escala que llevava en el batel, y subió suso muy sotilmente y con él el conde y otros cinco cavalleros, e los diez cavalleros quedaron a guardar el batel. Y el infante entró muy passo por la huerta catando a todas partes dó vería a Floreta. Y andando assí y el conde con él, vídola estar dormiendo con sus donzellas cabe la fuente a gran sabor. E llegó a ella y dixo en su coraçón:

-De la buena ventura soy, que esta es Floreta, aunque yo nunca la vi.

John William Godward - Head of a Girl, 1896

Y estuvo pasmado, qué faría o cómo la tomaría. Y el conde se llegó a él muy passo y díxole a la oreja qué fazía, que aquel fecho no era de tardar, que tal donzella como aquella no era de dexar allí, pues era perteneciente para él. Abaxóse entonces Turián y tomó la donzella muy passo en los braços, y ella iva dormiendo. E yendo assí, a la decendida de l'escala recordó muy espantada y començó a dar grandes gritos, y recordaron todas las donzellas y quando fallaron menos a su señora, començaron a dar fieros gritos. E desque esto oyeron los de la villa, vinieron todos armados a la ribera de la mar e començáronles a tirar con las ballestas; y otros lançávanse en las naves; y començaron a ir empós dellos, e no osavan llegar quando veían tantos cavalleros bien armados, y tiravan con ballestas, que no osavan llegar. Y assí se fueron Turián y sus cavalleros y llevaron su donzella, y quanto ellos ivan de alegres, tanto iva ella de triste y llorosa. Y fízoles muy buen tiempo y la mar muy pagada. E Turián entró en la cámara de la nave, e tomó a Floreta por la mano e metióla en la cámara. Y desarmáronle, e desque todos los cavalleros fueron desarmados, saliéronse a fuera de la cámara y quedaron Turián e Floreta, ambos dos arrimados a una cama.

John William Godward - Girl in Yellow, 1901

E díxole:

-Señora, cessen ya vuestros lloros, que non vos aprovechan ninguna cosa, que Dios me hizo mucha merçed en me adereçar que yo fuesse a aquel lugar do vos estávades, que yo os oviesse e vos traxesse a este lugar do vos agora tengo. Ca yo vos juro que, según la fermosura que de vos me dixeron, no quisiera no vos aver visto por quanto ay en el mundo, e buena ventura dé Dios a quien me habló de vos, ca por mucho bien que me dixeron, no me podieron tanto dezir como en vos veo. Por ende, señora mía, no vos pese por esta fuerça que vos he fecho, siempre os verná por mí mucha honra e podrá ser que valga yo por vos mucho más.

John William Godward - Reverie (Study), 1908

E Turián le dixo que él avía por nombre Turián, hijo del rey Canamor e de la reina Leonela. E quando ella le oyó dezir que era hijo de rey y de reina, ovo mucho plazer y fuele a dar paz con puro amor. E luego la tomó Turián en los braços e dio con ella en la cama, e allí hizo Turián todo lo que quiso con ella, e fallóla muy acabada donzella y virgen. E allí fueron el uno del otro muy pagados, e dixo Floreta:

-Señor, agora he olvidado el llorar y amor de padre e madre, y en vos es todo mi bien y esperança e amor.

Libro del rey Canamor, 1509