sábado, 12 de febrero de 2011

El amor es un rayo de luna


En el fondo de la sombría alameda había visto agitarse una cosa blanca, que flotó un momento y desapareció en la oscuridad. La orla del traje de una mujer, de una mujer que había cruzado el sendero y se ocultaba entre el follaje, en el mismo instante en que el loco soñador de quimeras o imposibles penetraba en los jardines.

Gustavo Adolfo Bécquer | El rayo de luna | 1862

Fotografía | Scary Mansion

miércoles, 9 de febrero de 2011

Aprender la sombra


Tiempo de vivir, tiempo de dormir

Ya es noche. Vas a la ventana.
El jardín está oscuro abajo.
Ves el lucero de la tarde
Latiendo en fulgor solitario.

Y quietamente te detienes.
Dentro de ti algo se queja:
Esa hermosura no atendida
Te seduce y reclama afuera.

Encanto de estar vivo, el hombre
Sólo siente en raros momentos
Y aún necesita compartirlos
Para aprender la sombra, el sueño.

Luis Cernuda | Desolación de la quimera | 1962

sábado, 5 de febrero de 2011

La biblioteca de Corto


Quizá no sea lo suficientemente mayor para dar consejos, pero sí lo soy para recibirlos. | Corto Maltés




Robert Louis Stevenson rumbo hacia la isla Escondida. Por poco no le escupí en un ojo a ese capitán. El pasado de nuestros amigos es algo que no debe importarnos. ¿Qué tengo que hacer para salir de esta oscuridad? Joseph Conrad. ¿Un tesoro lejano? Buenas noches, Esmeralda. Hermann Hesse. ¿Quieres venir conmigo? Me llamo Banshee. ¿Recuerdas? Traigo mala suerte. Louise. ¿Ve a aquellas espléndidas chicas vestidas solo con hojas? Pues vaya a hacerles compañía. ¡No hay que esperar al otoño, amigo Slütter! Samarkanda. ¿Cómo te llamas, hermoso cuervo? ¡Crow! ¡Crow! ¡Crow! Trenes siberianos. La Varsovia. Arcanos. ¿Quién me ha llamado a Stonehenge? La Rosa alquímica. Mabel. Con tantas medallas acabaré pareciéndome a una vieja y gloriosa bandera. Belcebú. Shamaël no tiene sombra. Prefiero cambiar de sueño. ¿Desde cuándo lees los libros secretos? Tiro-Fijo, Morgana y Boca de Oro. La logia Hermes. D'Anunzio. Buenos Aires y el tango. El encuentro con Jack London. No hay nada escrito. Nada que se tenga que escribir por segunda vez. Ese fantasma me sigue los pasos. Negra Gavilán. Kipling. Gibraltar, Wagner y Paracelso. He alquilado por unos días la Casita de los Rosales. Tonto, puedes alojarte en la mía. Klingsor. ¿Te has enamorado alguna vez? Su nombre no te diría nada. Viviana y Oberón. Los que miran las estrellas, La pensión Morfeo. Prefiero el desierto. El cementerio de Yeats. Irlanda. Tanganika. El Talmud, el Zohar y la Cábala. Adiós, Pandora. ¿Y si ella no quiere que la acaricie? El Monje. Siempre causa cierta sensación volver a casa. El mismo perfume de melocotón. Crane. Hipazia Teone. Tejados y tejados. Se dicen tantas cosas, querido amigo. Vanidad Dorada. Esta noche he tenido un sueño precioso, pero no te lo cuento. Muchachitas de sonrisas inquietantes. Shanghaï Lil. Los papeles de Byron están bien guardados. ¿Qué querrá decir bajo la luna? Madame Java. La Gran Mongolia y los leones de San Marcos. Allí donde cae, la felicidad se extiende rápidamente a su alrededor. Bang. Se diría que te matas a ti mismo, pero no es un suicidio. Ya vuelve la niebla.









Uno de los lugares más mágicos, de hecho, el más mágico para mi fantasía, mi mundo y mi educación occidental, es definitivamente Irlanda. A través de los cuentos más modernos, los poemas de Yeats, los cuentos de Joyce que hablan de este mundo irlandés fantástico habitado por pequeños hombres verdes, por hojas y piedras que hablan. Todo en el mundo celta está activo: las piedras narran, los cielos narran, la hierba, los animales, todo se vuelve importante. Viajé a Irlanda para redescubrir estas cosas. Estas son las piedras de Cliff: aquí no se habla ya, no hay nada más que decir, solo se observa. Cliff es un punto de retorno. Aquí se regresa siempre. | Hugo Pratt





Soy un escritor. Un tipo que hace literatura. Un fantasioso. Salvo que la manera que yo tengo de escribir es dibujando. | Hugo Pratt