miércoles, 18 de agosto de 2010

Sobre la felicidad (y 3)


In illo tempore

Tus padres se habían ido a no sé dónde
y la casa quedó para nosotros,
lo mismo que el convento abandonado
del poema de Jaime Gil de Biedma.
Con la música a tope, preparaste
una mezcla explosiva en una jarra
mientras yo te quitaba, dulcemente,
la ropa de cintura para arriba.
Llenaste las dos copas hasta el borde.
Bebimos. Nos entró la risa tonta,
y se nos puso un brillo en la mirada
que subrayaba nuestra juventud,
y nos besamos como en las películas,
y nos quisimos como en las canciones.

Cuando la realidad era el deseo
y nuestro reino no era de este mundo.

Luis Alberto de Cuenca | Por fuertes y fronteras, 1996






Beso 1 | Encadenados, de Alfred Hitchcock (1946)
Beso 2 | Río Grande, de John Ford (1950)
Besos 3 y 4 | Besos robados, de François Truffaut (1968)
Beso 5 | De aquí a la eternidad, de Fred Zinnemann (1953)


¡Qué bien se besaba en blanco y negro! ¿Cuál crees que falta?
A mí se me ocurre uno: ¡Impetuoso! ¡Homérico!

3 comentarios:

  1. Acabo de aterrizar en tu blog. Y me gusta.

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  2. El poema, para enmarcarlo, pero las fotos,ummm, cielos, para ponerlas en un altar. Me encantan.

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  3. Me encata todo Chimista, las fotografias que geniales y que buenos recuerdos me traen.

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